jueves, 30 de julio de 2020

Sabías que tus emociones pueden afectar a tu salud

las emociones y tu salud

La salud es un estado de bienestar que no solo está relacionado con la ausencia de afecciones o enfermedades, también está relacionado con el bienestar mental y social. En este sentido es importante que como seres humanos aprendamos a autogenerar un estado de dicha y salud que esté en equilibrio y en adaptación al entorno.

Definitivamente a este punto, podemos afirmar que nuestros sentimientos y pensamientos, se pueden esconder fácilmente en tensiones musculares por un tiempo, pero a la larga su huella queda impresa, marcando a las personas. Podríamos decir que los dolores físicos son causados, por tensiones que se han ido acumulando y que solo señalan que hay un desequilibrio en nuestro ser.

Es por ello que podríamos afirmar que las emociones definitivamente juegan un papel fundamental en nuestra salud, pues el sistema nervioso central se comunica con el sistema inmunológico, lo que quiere decir que las emociones y el cuerpo se encuentran completamente interrelacionados.

Esto crea todo un círculo que involucra nuestros pensamientos, emociones y salud, en donde por supuesto, los pensamientos negativos, tienen un efecto negativo en los sentimientos y afecta la vulnerabilidad del ser humano, haciéndolo más susceptible a contraer enfermedades, por el contrario, los pensamientos positivos, producen emociones positivas, que pueden llegar a ser beneficiosas en el proceso de recuperación de enfermedades y fortalece el sistema inmunológico evitando que aparezca algún mal físico.

A este punto es importante que analicemos un poco nuestras conductas, pues estas nos permiten observar las emociones que manejamos comúnmente, esto es lo que muchos conocen como “Conducta emocional”, lo cual incluye:

  • Las acciones físicas. (Como abrazar a un ser querido)
  • Las respuestas innatas. (la exaltación ante un suceso inesperado, como por ejemplo un ruido)
  • Los pensamientos no expresados. (aquellos que solo guardamos para nosotros)
  • Los cambios fisiológicos. (como cuando nos ponemos rojos debido a la vergüenza o cuando nos ponemos pálidos cuando nos encontramos asustados)

El papel que juegan las emociones en nuestra vida, no solo puede ser relacionado con la aparición de una enfermedad, sino también con su desarrollo, evolución y gravedad, es por ello que es muy importante tener en cuenta que la ira, la depresión, la ansiedad y el estrés, a pesar de que pueden ser el resultado de un proceso adaptativo del ser humano, mantenidos por largos períodos, terminarán por afectar nuestra salud.

Así mismo la salud y nuestros sentimientos también están relacionados cuando ya nos encontramos enfermos, pues, la fragilidad emocional que tiene una persona que está atravesando un mal estado de salud es notoria, en donde la emoción más típica es el miedo.

A este punto tal vez te preguntes qué tipo de padecimientos pueden causar las emociones negativas, veámoslo a continuación:

  • El estrés: este es el resultado de la exposición a situaciones externas que perturban nuestro equilibrio emocional, vivir bajo un estrés prolongado puede causar afeccione cardíacas, depresión crónica, dolores musculares, trastornos del sueño, calvicie y enfermedades relaciones con el sistema inmunológico.
  • La ira: esta puede ir desde una ira leve a irritaciones extremas que pueden ocasionar principalmente problemas cardíacos.
  • La depresión: puede ocasionar trastornos del sueño, inapetencia y problemas de autoestima.
  • La ansiedad: esta emoción está relacionada principalmente con preocupaciones excesivas, puede ocasionar, trastornos del sueño, problemas para relajarse, irritación, nerviosismo y fatiga.

Es evidente la importancia que tiene el saber gestionar nuestras emociones, para lo cual principalmente debemos evitar censurarlas, esto quiere decir, que debemos aceptarlas en primer lugar, para poder trabajar en ellas, por otra parte es importante mantenernos alertas a nivel físico y mental, identificar las situaciones que las desencadenan, descargarlas físicamente y por último expresarlas.

Definitivamente la relación entre nuestras emociones y salud es intrínseca, pero el gestionarlas no solo es un trabajo para con nosotros mismo, sino también como parte de una sociedad en la que vivimos.